Siete claves para principiantes del triatlón
Si estás empezando en el mundo del triatlón aplica estas claves en tus entrenamientos para conseguir un mejor rendimiento
1. En general lo más complicado para los que comienzan en el triatlón es la natación. Si es tu caso empieza con sesiones de técnica de no más de 30 minutos. Muchos quieren impulsarse a toda velocidad durante toda la brazada, pero mejor relájate y concéntrate en la fase de agarre y empuje, desde que tu mano entra al agua hasta que el codo queda flexionado a 90º. No te aceleres, tienes que agarrar agua, no deslizar la mano a través de ella. Para captar la idea imagínate que tienes que ir reptando dentro de un tubo.
2. Un buen nadador necesita menos de 20 ciclos de brazos para hacer 25 metros. Es tu objetivo: alarga el brazo adelante todo lo que puedas, sin girar el cuerpo lateralmente para lograrlo, y empuja atrás después de haber pasado las caderas con la mano para asegurarte de que no sacas la mano demasiado pronto. Ese movimiento es conocido como “patada” entre los triatletas, entre más fuerte sea, mayor será el último impulso y menor la cantidad de brazadas.
3. Respira con cada ciclo de braceo. En la piscina hazlo por un lado en la ida y por el contrario en la vuelta, para equilibrar tu brazada. Aquí es cuando toma mayor importancia la respiración impar, cuando dominas la respiración al lado contrario del que habitualmente lo haces, dominas mejor tu cuerpo,
4. Aprende a nadar en el mar o lagos con un neopreno, verás que es más fácil por la mayor flotabilidad, pero intenta ser un poco más agresivo al sacar el brazo del agua, porque el traje puede limitar la movilidad de tus hombros. Mira al frente de vez en cuanto para corregir el rumbo.
5. Antes de empezar a entrenar debes tener una pequeña base muscular. Si no puedes ir al gimnasio haz flexiones de brazos en casa, abdominales, fondos sobre una silla, etc.
6. Evita los desarrollos muy duros en la bici. Lleva una cadencia en torno a las 90-100 rpm y te fatigarás menos de cara a la carrera a pie.
7. Haz sesiones combinadas bici-carrera, incluyendo transiciones de verdad entre ellas. Usa el último kilómetro de bici para soltar las piernas, con una cadencia alta para ayudar a eliminar el ácido láctico acumulado.