Horario de invierno: ¿amigo o enemigo?

De una forma u otra, nuestro cuerpo sufre los efectos del cambio de horario 

 

El cambio de horario es objeto de debate de muchísima gente: los hay quienes quieren eliminarlo, y también quienes lo aman. Lo cierto es que tiene efectos fisiológicos que pueden afectar tu rendimiento. 

 

¿Qué cambia?

La melatonina y el cortisol son dos de las hormonas más importantes de tu cuerpo. Estas siguen ritmos llamados circadianos, y están acostumbradas a seguir lo que comúnmente llamamos «reloj biológico». La melatonina, a grandes rasgos, regula el sueño, y nos adapta a los ritmos que evolutivamente se basan en la luz solar. El pico de su producción es durante la noche y gracias a ella nuestro cuerpo puede descansar. Por otro lado tenemos al cortisol, una hormona que también tiene ritmos circadianos (aunque no depedientes de la luz) y que tiene su máxima producción durante la mañana. Esta nos ayuda a activarnos durante las primeras horas del día y a utilizar adecuadamente las reservas de energía. 

El cambio de horario y cómo afecta.

La melatonina nos ayuda a descansar y aumenta cuando el ambiente en el que nos encontramos es oscuro. En cuestión fisiológica, el cambio de horario afecta el descanso. De acuerdo con un estudio aplicado en jóvenes y publicado en el Journal of Clinical Sleep Medicine, los adolescentes se vieron afectados en la duración del sueño, teniendo dos horas y media menos en promedio, durante la aplicación del horario de verano, y durmiendo mucho más los fines de semana para compensar. Esto le da la razón a quienes aman el horario de invierno, ya que se descansa más. 

Por el lado del cortisol, los ritmos circadianos también controlan su producción, así como el stress. El cambio de horario suele retrasar el amanecer y el ritmo del cortisol se mantiene constante con el de la luz, por lo que puede ser más difícil despertar y sacar adelante las primeras horas en el horario de verano. 

Por otro lado, un estudio publicado en el Australian and New Zealand Journal of Public Heatlh sugiere que, al menos para la población estudiada, el horario de verano fue perjudicial para los hábitos de actividad física de la población. 

 ¿Qué podemos tomar del estudio?

Con esto, es posible sugerir que el nuevo horario nos beneficia hormonalmente. Aun así, los horarios de trabajo y de entrenamiento no son iguales para todos nosotros, por lo que si entrenas por la tarde o noche, puede que el nuevo horario no te beneficie tanto como a los que entrenan por la mañana. Sabemos que es difícil, pero si no tienes el hábito de entrenar por la mañana, es buen momento para tomarlo y aprovechar que ya hay luz a esa hora.