Siente el agua

Despójate de los aparatos y aprende a nadar por sensaciones.

 

Cuando se trata de nadar a ritmo, los triatletas elite no sólo son los más rápidos en el agua, si no que además son muy constantes capaces de marcarse un objetivo específico y mantenerlo brazada a brazada como auténticos peces en el agua.

Como triatleta es muy importante que aprendas a identificar presiones que el agua ejerce sobre aquellas partes de tu cuerpo que te permiten trasladarte de la forma más eficaz y eficiente, mismas que te permiten mantener una posición más hidrodinámica y de menor resistencia al avance en el agua.

Sentir la presión en brazos, piernas, tronco y cabeza ofrece la sensación de avanzar más distancia con cada brazada, mientras se perfecciona tu técnica y fuerza; de igual manera sentirás que hay menor desgaste de tus músculos, articulaciones y demás estructuras de tu aparato locomotor.

Para la gran mayoría de los triatletas la etapa de la natación es la disciplina más complicada de dominar y resulta lógico si consideramos que el agua no es nuestro medio natural y durante el procesos de enseñanza no nos enseñaron a “fundirnos” en el agua. A los triatletas nos toca revertir esa tensión inicial, que no sentimos cuando nos subimos a la bici o corremos en tierra firme.

A continuación te explicamos los requisitos previos para aprender a sentir el agua:

1.Controla la tensión y la relajación de tu propio cuerpo

Te recomendamos realizar un método de relajación progresiva una vez al día durante un par de semanas. De esta manera habrás aprendido a escuchar tu cuerpo fuera de la piscina y tendrás la principal herramienta para sentir el agua.

  1. Siéntate cómodamente sin cruzar las piernas y sin ninguna prenda de ropa que apriete.
  2. Haz un par de respiraciones profundas y tensa 10 segundos una zona específica del cuerpo. Luego relájala durante otros 10 segundos.
  3. Esas partes del cuerpo sobre la que debes hacer las contracciones son: manos, bíceps, tríceps, hombros, cuello, boca, lengua, ojos, espalda, glúteos, muslos, estómago, pies y dedos.

2.Cuestión de actitud  

Nadar con una técnica correcta ya sea que la estés aprendiendo o manteniendo,  es en gran porcentaje cuestión de concentración y de ganas de ejecutar el nado lo mejor posible. 

Dicho lo anterior,  estás en condiciones óptimas para poder entender las presiones que el agua hace sobre tu cuerpo al nadar y poder asimilar esas fuerzas que para nadar rápido y economizar esfuerzo. 

Foto: Red Bull Content Pool