Porque las palas también tienen inconvenientes

Son de gran utilidad, pero usarlas en exceso puede perjudicarte.

 

Las palas han sido siempre un elemento con el que complementar tus entrenamientos de natación. Gracias a ellas somos capaces de agarrar más agua durante la nadada y ganar en fuerza y velocidad. Pero no todo en ellas son virtudes y un uso excesivo de las mismas puede llegar a ser perjudicial en tus competencias.

Al usar mucho este elemento sobrecargaremos los brazos y la espalda. Para evitar los dolores que pueden derivar de un uso excesivo de las palas debemos alternar momentos en el entrenamiento en los que usemos las palas con otros en los que el nado sea normal.

Además resultan perjudiciales con respecto a la técnica. Si utilizamos mucho las palas los agarres del agua con las manos son totalmente distintos al nado normal. Con las palas se agarra mucha más agua y te deslizas más rápido, pero la posición de la mano es falsa, ya que en las competencias nadaremos sin ellas.

Son, por tanto, un elemento muy útil para complementar las sesiones de natación, pero nunca para basar dichos entrenamientos únicamente en el trabajo con palas. Al igual que las aletas, nos pueden ayudar, pero hemos de recordar que a la hora de la verdad, cuando nos ponemos un dorsal, estaremos solos frente al agua.