¡Entrena a tu cerebro!

El cuerpo tiene memoria muscular y el centro de todo esto son los receptores que hacen la unión de miles de movimientos.

 

Los músculos tienen aproximadamente el mismo número de receptores nerviosos que dan lugar a los movimientos. En nuestro día a día no necesitamos el 100% de estos receptores, lo que hace que poco a poco se vayan haciendo más perezosos y los tengas desactivados.

Con el entrenamiento aumentas la participación de los receptores nerviosos más desactivados como consecuencia de la mayor demanda de fuerza que exigimos a nuestro organismo. Un ejemplo muy claro se aprecia cuando llevamos tiempo sin ir al gimnasio.

Los primeros días comenzamos con un peso muy bajo y a las dos semanas somos capaces de mover bastante más peso. Esto no es consecuencia de una ganancia de músculo, sino de una mejora de las  conexiones motoras que son capaces de sincronizar sus acciones en vez de actuar de forma descoordinada.

Otro factor que afecta al cerebro es la concentración, el canal de comunicación entre tu cerebro y tus músculos. Cuando estás concentrado mejoras y sacas un mejor partido al esfuerzo, tanto en carrera como en  entrenamiento, y por ello debes entrenar la concentración visualizando el esfuerzo que estás realizando y el que vas a realizar.