Todo sobre cubiertas

Aprende las claves de esta parte de la bicicleta.

 

¿Vigilan sus cubiertas? Muchos responderán que no. Y es que en la revista TRIATLÓN sabemos bien que a muchos de ustedes les cuesta verificar el estado de sus cubiertas y cambiarlas en caso de que este no sea muy bueno. Por ese motivo escribimos este artículo, para que sepan cómo identificar una cubierta desgastada y para que, además, pueden escoger entre tubulares o cubiertas, las dos formas con las que cubrir nuestras llantas.

¿Cuándo debo cambiar mi cubierta?

  1. Si el dibujo de la cubierta ha desaparecido, preocúpate. En este caso deberás cambiarlas, porque en condiciones de lluvia puede ser peligroso.
  2. Si hay algún golpe fuerte o “pellizco”, repón tus cubiertas. Es posible que estos defectos provoque una ponchadura.
  3. Aunque no haya ponchadura, si los alambres metálicos que hay en el interior de la cubierta sobresalen, es recomendable que las cambies.
  4. Si llevas mucho tiempo sin usar las llantas, revísalas. Si observas que están en mal estado deberás sustituirlas.
  5. Observa el desgaste de la cubierta. Si puedes apreciar una forma cuadrangular, con la zona central más recta que las zonas laterales, significa que es hora de cambiar tus cubiertas.

Y además, les contamos sobre la diferenciación entre un tipo de goma y otro, porque una de las dudas que suele recorrer las cabezas de los rodadores es sobre el uso de la cubierta o el tubular. Existen adeptos en ambos bandos y cada una de las opciones tiene sus ventajas e inconvenientes. A continuación les aclararemos todas las dudas y explicaremos las características de los dos formatos de llanta.

El tubular

La esencia del tubular está en que, como se indicas en su nombre, es un tubo. Este tubo va pegado a la llanta a través de un pegamento especial. Gracias a ello el triatleta tiene una sensación muy diferente a la hora de rodar. Esta sensación es aun más diferente en el paso por curva, donde la seguridad es mayor. Además con el tubular podremos variar la presión de la rueda a nuestro antojo, con lo que inflaremos más o menos la rueda en función del terreno. 

El riesgo de ponchar es mínimo, pero si se produce… malas noticias. Esta es la gran desventaja del tubular. Arreglar una llanta tras ponchar es muy largo y necesitaremos llevar con nosotros un tubular de repuesto y encolado especial. Otra opción son los líquidos antipinchazo, que reparan momentáneamente la rueda. Aun así, si se produce, lo más seguro es pararse y repararlo bien en casa, ya que un tubular necesita de, al menos, 36 horas para asentarse bien a la llanta.

La cubierta

En cambio, la cubierta es mucho más práctica y su precio más asequible. Por tal motivo es el método que más triatletas utilizan ya que, además, ante una ponchadura la reparación es instantánea. Si eres hábil, el cambio no te llevará más de 5 minutos.

Sin embargo, la calidad de rodada con la cubierta es mucho menor. La seguridad a la hora de trazar las curvas a gran velocidad disminuye, por lo que el riesgo de caída aumenta y, como ya hemos explicado antes, la frecuencia de ponchadura es mucho mayor. 

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