Salir del agua y bajarme a correr

Les presentamos al head coach y especialista de Revista Triatlón, Will Vargas. 

La felicidad en mi caso es justamente el contexto del título a esta presentación.

Salgo del agua desde los 6 años. Edad en la que aprendí a nadar obligado por el calor que hace en la ciudad colombiana donde viví con mi familia. Era feliz en el agua como lo soy ahora en cualquier temperatura; sin embargo era más feliz al salir por todo lo que eso representaba: comida, bebida y descanso después del esfuerzo físico.

Nadé a nivel competitivo hasta los 14 años, edad en la que me creí grande para no seguir y por presión de mi hermano Edwin, y su entrenador, Germán Aranda, terminé montado en una bici y corriendo. Terminé entonces con un gusto exagerado por bajarme de la bici a correr y en ése ir y venir entre el agua, las ruedas y las pistas fui triatleta profesional desde 1992 hasta 2008, siendo selecionado nacional de Colombia desde 1994 hasta 2006 sin pausa salvo un par de ocasiones obligado por las lesiones.

Los campeonatos del mundo de Cancún en 1995 y 2002 fueron debut y despedida en lo más rudo como élite, pasando por Cleveland, Perth, Madrid, Nueva York, Estocolmo, Tiszaujvaros, Madeira entre otras ciudades que aun hoy reciben a los mejores triatletas del planeta en sendas Copas del Mundo.

Durante toda esa trayectoria, pasando por los respectivos Juegos Panamericanos, centroamericanos, suramericanos y bolivarianos a lo largo de dos ciclos olímpicos buscando clasificar primero a Sidney y luego a Atenas, aprendí no sólo por el hecho de estar ahí con los mejores deportistas, sino por tener grandes entrenadores. Es gracias a ellos, a sus enseñanzas, regaños y lecciones de vida diaria que aun hoy estoy pegado del deporte que amo y es por ellos que valoro inmensamente que alguien me diga qué hacer, cuánto y cuándo.

Extraño enormemente ese: “¿Qué hay que hacer hoy? Así, sin pensar en nada más que en cumplir la tarea del día dándolo todo y deseando igual que cuando era un niño: comer y dormir después de entrenar. También es por ellos que no soy un coach paternalista, fue duro aprender al lado de los mejores nadadores, ciclistas y corredores de Colombia con apenas 16 años al lado de sus entrenadores pues en aquel entonces coaches especialistas en triatlón no había, al menos no en mi país. Era un régimen fuerte que no todos soportaban y eso endurece de una forma u otra. Hoy en día mis alumnos «sufren» de alguna manera por eso, pero al final cuando compiten entienden que un entrenador no es una madre consentidora sino un padre estricto que quiere lo mejor para ellos y cada uno de los resultados de mis alumnos, lo avalan. 

Tiempo después, llegaron cursos de la PATCO, de la ITU, FINA, IAAF, USAT y de la UCI para volverme entrenador, antes hubo una licenciatura en literatura y después una maestría en el Australian Institute of Fitness. Todos requisitos valiosos con sus respectivas teorías y aprendizajes. Debo decir que el entrenador que soy hoy se debe a esos coaches que también fueron deportistas en los 70s, que estudiaron en los 80s y que desplegaron todo su conocimiento en personas como yo en los 90s.

Es gracias a ellos que aun hoy me encanta salir del agua, porque significa que ya nadé y bajarme de la bici porque implica que ya rodé, pero sobretodo todo esto significa que gran parte de la tarea ya está hecha y que falta el remate corriendo para reclamar la medalla que todos nos merecemos cuando hacemos bien la tarea, ya sea en la vida, ya sea en el triatlón.

Así pues, concluyo esta breve pero entusiasta presentación como Head Coach de Revista Triatlón, papel que he desempeñado con mi equipo, los GoodWillRunners en Colombia y varios países (incluido México), y que ahora podrán leer en esta página web y redes sociales. 

Will Vargas 

Head Coach