Un poco de historia.

 

Es la historia de la bicis, como han evolucionado a lo largo de los años.

Desde los primeros pasos del triatlón, una de las señas de identidad de nuestro deporte ha sido las bicicletas «especiales» o adaptadas a las peculiaridades del sector de bici: geometría agresiva, tubos planos (aunque esto llegaría años después) y, sobre todo, manillar de cabra, que se hizo más popular cuando Lemond lo utilizó por primera vez en aquel Tour de Francia de 1989, que ganó de forma agónica en la contrarreloj final a Fignon, gracias, según sus propias palabras, «al manillar de triatlón».

Pero el triatlón también ha ido cambiando con el paso de los años. Y el cambio más drástico fue permitir el drafting en la bicicleta, con lo que el sector de bici pasó a ser de una lucha individual, a un pequeña carrera ciclista, casi siempre en grupo. Este cambio originó que se dejasen de lado las bicicletas especiales («cabras») y se optase por una bici de carretera tradicional, es decir, similar a la que usan los ciclistas en ruta.