Tu nuevo mejor amigo ¡El pullboy!

El artilugio que te ayudará a mejorar en el segmento más técnico del triatlón.

 

Los comienzos en el mundo de la natación nunca son fáciles. Muchos triatletas que afrontan sus primeros entrenamientos en la piscina notan que su desarrollo en el agua es lento. Es cansado, poco emocionante e, incluso, aburrido. Pero eso es porque todavía no han “entablado conversación” con uno de los mejores amigos del principiante: el pullboy.

Este artilugio acolchado con forma de ocho nos ayudará a mejorar la técnica y la velocidad en el agua. Se debe colocar entre las piernas y, en función del trabajo que realicemos, lo haremos a la altura de las ingles, de las rodillas o de los tobillos. Son muchos y muy variados los ejercicios que podemos conseguir con el pullboy y esta variedad aportará más diversión a nuestro entrenamiento.

Gracias al pullboy nuestra cintura flotará más, por lo que la resistencia del agua será menor. De esta forma podremos concentrarnos más en la técnica de brazada y, como ocurre cuando nos ponemos un wetsuit, avanzaremos más rápido. Asimismo, si lo utilizamos en los tobillos, trabajaremos la zona lumbar, la cual estará forzada a flotar más. 

Resulta interesante ya que podremos descargar de trabajo al tren inferior y, así, poder reservarlo para entrenamientos posteriores de ciclismo y carrera a pie. Además alternar el uso del pullboy con fases del entrenamiento sin él  es altamente recomendable, ya que aplicamos toda la técnica de brazada trabajada anteriormente con la frescura de las piernas.

Aun así, abusar de este elemento puede llegar a ser perjudicial. Hay que recordar que se trata de un objeto prohibido en competición, por lo que debemos estar acostumbrados a nadar sin él. Es nuestro amigo, pero nunca podrá nadar por nosotros.