Tragedia del diamante

La promesa del béisbol latino, José Fernández, murió a los 24 años de edad.

La promesa del béisbol latino, José Fernández, murió a los 24 años de edad.

La madrugada del pasado domingo ha sido una de las más trágicas que ha vivido el béisbol y el deporte en general en los últimos años. El lanzador de los Miami Marlins de tan solo 24 años de edad, José Fernández perdió la vida en un accidente marítimo.  

Fernández y otros dos sujetos navegaban en un bote a máxima velocidad en las aguas de Miami beach. Eran alrededor de las 2:30 a.m. cuando la lancha se impactaría contra un malecón de piedras. Las autoridades aseguran que el lanzador estrella murió por un traumatismo.

jose fernandez

La historia del pelotero cubano, considerado de una de las más grandes promesas del béisbol, va mucho más allá del espectáculo que brindaba cada que se subía al montículo a lanzar.

Fernández desertó en varias oportunidades salir del país a asechar el sueño que desde pequeño anhelaba: jugar en las Grandes Ligas. Después de varios intentos y de haber sido encarcelado a los 14 años de edad, en 2007 por fin llegaría a los Estados Unidos.

Al recorrer los 170 km que separan a Cuba del estado de Florida, José salvó la vida de su madre cuando ésta cayó al mar.

Una vez debutó en 2013, bastaron semanas para convertirse en la futura cara del béisbol latino. Todo esto gracias a que, además de su exorbitante talento, era un jugador que vivía cada partido con una pasión que únicamente demostraba cuánto amaba este deporte.

Cinco días antes de su muerte, Fernández subió una fotografía en su red social de Instagram, donde compartía con sus seguidores la felicidad de saber que su novia lleva cinco meses de embarazo.

Como dato curioso, el as de los Marlins le aseguró a uno de sus compañeros que la actuación que tuvo la semana pasada ante los Washington Nationals (el último juego de su vida) fue la mejor de su carrera. En este encuentro su familia estuvo presente.

Hoy el béisbol está de luto, pues se ha ido un pelotero que pareciera su principal tarea era contagiar la enorme pasión y alegría con la que jugaba a quien estuviera a su alrededor. Todos los que conocieron a este pelotero aseguran que, además de ser un gran jugador, era una excelente persona.