POR QUÉ NO DEBERÍAS TEMER UN DNF

Hay ocasiones que lo mejor es detenerte.

 

La práctica constante de un deporte no sólo genera efectos físicos en las personas, también tiene un impacto en su estado mental y emocional. Al someterse a la disciplina del entrenamiento y la intensidad de la competición, los atletas desarrollan algunas características particulares, entre las que destacan la competitividad, disciplina, determinación y tenacidad.

 

Esto es cierto para prácticamente cualquier actividad física de alto rendimiento, pero particularmente lo es en el caso del triatlón. En primer lugar, las tres disciplinas que lo componen son de naturaleza individual, esto obliga a los triatletas a ser autosuficientes. Además, se trata de un deporte que depende de parámetros de tiempo y distancia bien definidos. Los resultados son inobjetables y, por tanto, mucho más justos que en un deporte de apreciación.

 

Todo esto permite el trabajo específico bajo condiciones controladas, de manera que, salvo en casos específicos como las inclemencias del clima, los resultados dependen completamente de lo que cada cual haga o deje de hacer. Se trata del deporte ideal para las personas disciplinadas y bien organizadas.

 

Pero hay un lado negativo en todo esto. Muchas personas tienen problemas para comprender la diferencia entre exigirse lo suficiente para alcanzar su máximo potencial y exigirse demasiado, con lo cual pueden poner en riesgo su salud.

En ocasiones las cosas no salen del todo bien y es completamente normal. Hay días en los que el cuerpo simplemente no responde como uno espera. Cuando esto sucede, hay dos opciones: puedes aferrarte a tu orgullo y arriesgarte a sufrir una lesión o un padecimiento como golpe de calor o deshidratación, o puedes recordar que el punto del deporte es disfrutarlo.

 

Si a mitad de una prueba sientes como que no estás en condiciones de terminar,  no te preocupes, siempre habrá otras oportunidades, lo más importante es tu salud. Y no, un DNF (Did Not Finish) no es una mancha en tu historial, es una oportunidad más de mejorar. No te aferres a los malos resultados, mejor concéntrate en aprender de ellos. No sólo serás un mejor triatleta, sino que serás uno más feliz.