¡Mójate!

Que la lluvia no sea un impedimento para salir a rodar.

 

Los entrenamientos de bicicleta bajo la lluvia pueden ser más positivos de lo que crees. Evidentemente, no les estamos hablando de salir a entrenar cuando una tormenta esté descargando toda su fuerza, sino en aprovechar las sesiones en las que aparece la lluvia para mejorar en técnica, seguridad y confianza encima de la bicicleta.

Cuando la lluvia te sorprenda mientras entrenas debes tener en cuenta que las condiciones de rodada han cambiado. Las frenadas y los pasos por curva se ven alterados por el agua y deberás probarte a ti mismo en estas condiciones para tratar de exprimir al máximo tu rendimiento sobre la bicicleta.

Uno de los momentos más complejos a la hora de rodar cuando la carretera está mojada es el instante en que sale el sol y el asfalto comienza a secarse. Es ahí donde nuestra confianza irá en aumento con la carretera seca y, también, cuando más caídas se producen. Al observar tramos secos del asfalto pensamos que todo vuelve a la normalidad, pero todavía quedan partes en las que la humedad no se ha secado.

Por último te recomendamos que, tras una sesión sobre la bicicleta pasada por agua, limpies a conciencia tu máquina. Porque cuando llueva las partes más recónditas de la bicicleta se ven afectadas por la suciedad de la carretera y la humedad del agua. Es importante que la limpies profundamente para evitar que los componentes más pequeños se echen a perder.