Fuerza y resistencia ¿amigas o enemigas?

Ambas sirven para tener un mayor rendimiento, sin embargo, debes aprender cuándo hacerlas para obtener un mejor resultado.

Ambas sirven para tener un mayor rendimiento, sin embargo, debes aprender cuándo hacerlas para obtener un mejor resultado.

Muchas especialidades deportivas requieren alcanzar un buen desarrollo, tanto de fuerza como de resistencia. Pero si ese trabajo no se realiza adecuadamente, se puede producir una “transferencia negativa”, es decir, una interferencia entre esas capacidades. Aquí te explicamos cómo debes organizar tu entrenamiento en beneficio de ambas para que no desarrolles una en exceso y te olvides de la otra:

  • No deben coincidir en un mismo ciclo los entrenamientos de hipertrofia (para ganar volumen muscular) con los de resistencia de máximo estrés metabólico (los de corta duración y alta intensidad, que suponen una acumulación alta de lactacto).  

Dentro de un mismo ciclo pueden coincidir los entrenamientos de resistencia aeróbica hasta el umbral con los de fuerza de 6-8 repeticiones por serie, con un esfuerzo alto, pero nunca máximo. 

  • Cuando en el entrenamiento de resistencia el estrés metabólico sea alto (por encima del umbral anaérobico) el de fuerza no debería ser de más de 2-4 repeticiones por serie.   

Las sesiones de fuerza y resistencia con carácter prioritario tendrán que realizarse en días distintos. El mismo día que hacemos una sesión prioritaria de fuerza, podemos efectuar también una de resistencia de corta duración y muy poca intensidad, a modo de recuperación muscular activa. 

Cuando los entrenamientos de cardio sean muy exigentes, debemos reducir el número de sesiones de fuerza y repeticiones por serie.  

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