Entrenamiento de natación: Aguas abiertas I

Paso número 1: quítate el miedo.

 Si ya eres experimentado en esto del triatlón, es posible que este artículo no sea para ti. Si, en cambio, estás empezando con este deporte y todavía tienes algunas dudas a la hora de entrar al mar o a un lago para nadar, te recomendamos que pongas atención. 

El primer acercamiento.

La cantidad de pensamientos que llegan a la cabeza de quien empieza a nadar en aguas abiertas es impresionante. Cualquier idea puede aterrarte, y las sensaciones que te imaginas que tendrás al no ver el fondo de la amada alberca, o al no tener los carriles guía, no ayudan nada. Es normal y es parte de probar algo nuevo.

1er ejercicio.

Como primer contacto, te recomendamos trabajar las salidas y las entradas. Realiza 5 entradas al mar o al lago, con 10 brazadas rápidas agua adentro, vuelta en U y regreso a la playa. Esto es importante especialmente si es tu primera vez en el mar, ya que las olas pueden presentar un reto nuevo para ti al entrar y al salir, y eso puede generar mucha ansiedad, incluso cuando ya lograste entrar al agua. Con práctica, verás que puedes hacerlo. Eso sí, las entradas y salidas se practican siempre, incluso cuando ya eres experimentado, porque cada lugar es diferente.

2do ejercicio

Si es posible, marca un objetivo agua adentro e intenta nadar hacia él. Suena fácil, pero uno de los puntos más importantes, y también exigentes, de la natación, es la ubicación. Levanta la cabeza cada 5 brazadas, y revisa que tu dirección sea el objetivo que te marcaste. De regreso a la orilla, lo mismo: márcate una referencia y nada hacia ella.

Un punto que muchos omiten al planear una nadada es la posición del sol. Si te da de cara, más vale que tengas unos buenos goggles polarizados, ya que la luz directa puede hacer que pierdas el camino que te planteaste, por más que lo hayas practicado.

Como primera sesión de aguas abiertas, esto debería ser suficiente. La parte técnica, al menos, ya la tienes. Ahora bien, en el mar y en los cuerpos de agua puede haber corrientes, cuerdas de las boyas u otros obstáculos. Entre más confianza tengas en ti al nadar, mejor podrás tratar con ellos si es que por alguna razón te encuentras con ellos. Los animales también son parte de estos hábitats, por lo que existe la posibilidad de te encuentres con algunos de ellos algún día, pero, tal y como a mies y miles de atletas de aguas abiertas en el mundo, no debería de preocuparte esta situación. Eso sí, siempre habla con los guardacostas, cuando los haya, para conocer la situación de la playa en la que vas a nadar.

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