¿Entrenamiento con vatios?

No es una tecnología muy económica, pero los resultados que obtendrás harán que tu inversión se multiplique desde el primer momento.

Checa estos ocho motivos por lo cuales un entrenamiento de ciclismo con vatios te puede ayudar a mejorar drásticamente.

1.  Registro de entrenamiento. Los datos que se almacenan, nos permiten llevar un registro muy preciso de la carga de entrenamiento realizado, tanto desde el punto de vista cardiovascular (pulsaciones) como muscular (vatios).


2.  Añade información a los datos de frecuencia cardiaca. La frecuencias cardiaca, en combinación con la potencia que desarrollamos nos ayuda a establecer mejores conclusiones, que si solo usamos la frecuencia cardiaca. Normalmente, al mejorar el rendimiento se aprecia cómo la misma frecuencia cardiaca se acompaña de una mayor potencia.


3. Identificación de los cambios en el estado de forma. Saber si somos capaces de producir más o menos vatios en un tiempo determinado, es una de las posibilidades más interesantes que nos ofrecen los medidores de potencia. Además, nos puede indicar una sobre carga de trabajo o fatiga, si no somos capaces de alcanzar una potencia que normalmente si podríamos.

4.  Aumenta la motivación para los entrenamientos de calidad. En los trabajos a base de series, el hecho de tener que trabajar a una potencia determinada durante cierto periodo hace que el entrenamiento sea más motivante, ya que hay un objetivo claro que cumplir. 


5. Mejor ajuste de la carga de entrenamiento para intensidades altas. Regular la intensidad del ejercicio con pulsaciones es más dificultoso, principalmente por el retardo, y por la variabilidad de la misma. Sin embargo, conociendo la potencia a la que trabajamos desde el primer segundo, podremos entrenar con mayor precisión a la intensidad planificada.


6. Es una ayuda para regular la intensidad del esfuerzo. Cuando conozcamos  con precisión nuestro umbral en vatios, tendremos una buena referencia para afrontar subidas largas o regular en una competencia. Nos permite saber con certeza hasta dónde podemos llegar, sin pagarlo posteriormente en forma de fatiga generada por un exceso de intensidad. 


7. Evaluación aerodinámica. Si disponemos de un velódromo, podemos notar la relación entre la potencia y la velocidad en función de la aerodinámica. Es tan sencillo como rodar a la misma potencia siempre en diferentes posiciones o con distintos materiales, y ver con cuál se consigue la máxima velocidad.


8. Interacción con un entrenador u otros ciclistas. El registro de datos de potencia y, por lo tanto, de la carga de trabajo y de las intensidades alcanzadas, será una gran ventaja para que el entrenador pueda seguir mejor tu evolución.