El paraíso escondido: El Chico, Hidalgo

El parque nacional del chico, Hidalgo, nos invita a vivir la emoción y adrenalina de saltar sobre pozas de agua cristalina y hacer rapeles por bellas cascadas.

Fue declarado parque nacional en junio de 1898, con la única finalidad de proteger esta zona de la tala inmoderada. Se localiza en un sitio donde se explota la minería y a solamente unos kilómetros de la ciudad de Pachuca, Hidalgo. Su extensión es de 2,739 hectáreas y cuenta con un frondoso bosque que nos lleva a descubrir uno de sus tantos cañones, que haciendo gala de su muy apropiado nombre, nos recibe desde sus entrañas: el cañón del Paraíso Escondido. 

El cañonismo es una de las actividades relativamente nuevas de aventura en nuestro país, y a su vez tiene un gran auge en toda Europa, gracias a lo fácil y seguro de su práctica, lo que deja a cualquiera que así lo desee, acceder a una aventura llena de emoción en la verticalidad de las paredes de este tipo de lugares.

Este deporte consiste en recorrer el fondo del cañón ayudados de sistemas de seguridad para las disciplinas que se practican con cuerdas, tales como lo son la espeleología y escalada en roca, sin olvidar los conocimientos y equipo básicos para los cruces de cuerpo de agua.

La aventura comienza

Para poder llegar a la entrada del cañón se tiene que pasar por la parte más alta de uno de los tantos monolitos de roca que emergen de la espesura del verde del bosque, lugar con una panorámica que impresiona, para seguir en medio de este frondoso bosque, que en época de lluvias se llena de miles de colores, texturas y aromas indescriptibles. Se trata de una gran hazaña de fin de semana que es divertida y muy fácil de practicar, sin importar la experiencia, la edad o el sexo, siempre y cuando se tenga lo más importante, muchas ganas de vivir un fantástico contacto, 100% radical, con la naturaleza. Además, vale la pena recalcar que hay que contar con una condición física moderadamente buena. Todos los conocimientos sobre el equipo deben ponerse en práctica antes de entrar de lleno a la actividad, dejando la responsabilidad en los guías de todo lo que es el armado y seguridad de los sistemas de cuerdas que se utilizan en el recorrido.

Ellos tienen los conocimientos teóricos y prácticos sobre las diferentes maniobras y el equipo que se necesita, ya que se combinan la escalada en roca, la espeleología y la técnica para los cruces con agua.

La sensación que uno tiene al llegar a la entrada del cañón y poder ver las inmensas paredes por las que descenderemos, entre unas grandes piedras que nos sirven para montar el primer rapel de 25 metros, es la de ser casi como unas pequeñas hormiguitas al lado de gigantescas moles de roca.

Ya en la profundidad del cañón, al dejar lejos la luz solar es cuando nos damos cuenta de lo confortable y necesario que resulta nuestro equipo para las aguas frías. Gracias a él podemos desplazarnos sin dificultad alguna entre las piedras húmedas para poder llegar a la pequeña tirolesa que nos ayuda a superar la primera poza.

La siguiente sección es, sin duda alguna, la mejor del recorrido, ya que uno se introduce en una serie de pozas hasta llegar a la última de ellas que se encuentra debajo de una gran roca, el agua es cristalina 100%, Ese es el momento para montar nuestro último  rappel de casi 30 metros, que va al lado de una rica cascada que llega a las pozas profundas en las que uno tiene que nadar para poder salir del cañón. Ya en las afueras de él, si volteas puedes ver con algo de imaginación, la viva imagen de un elefante.

Por si te falta más

Después de un día de aventura te recomendamos que te des una vuelta por Mineral del Monte, mejor conocido por su antiguo nombre: Real del Monte. Pareciera que se trata de una pequeña población europea enclavada en el estado de Hidalgo.

Perteneciente al programa de los pueblos mágicos, Real del Monte se caracteriza por sus callecillas que suben y bajan, teniendo como marco los cerros y el orgullo propio del trabajo constante de trabajar la plata. Mientras se camina resalta su templo del siglo XVIII, las torres y los arcos que dan acceso a las minas preponderantes del estado: La rica, La Purísima, La Dificultad y Dolores. Las calles son adornadas por las casas con techos de teja roja y lámina. El olor a pan recién horneado inunda el ambiente, y descubre los pastes, empanadas regionales que los ingleses legaron, y que antes era el alimento de los mineros en el interior de la tierra. Los hay de piña, frijol, atún y demás, pero quizá el de papa o el de mole son los pastes más ricos. ¡Hay que probar!

Dada la confrontación del pueblo con sus casas de teja roja y lámina, murtos pintados con colores suaves, balcones de cantera blanca labrada y herrería forjada, aunado al adoquinado de sus calles, hacen de esta singular población un paisaje casi uniforme, pero no menos bello.

Te recomendamos este destino como uno de los más atractivos para pasar un fin de semana lleno de actividades al aire libre, desde la aventura hasta el típico turismo.

Se encuentra en…

El cañón del Paraíso Escondido se encuentra a unos 45 minutos de la ciudad de Pachuca, Hidalgo, siguiendo la ruta hacia el corredor de la montaña, ya dentro del parque se pasa el albergue y la zona de escalada conocida como Las Ventanas, en la que se encuentran varios monolitos con diferentes rutas ya hechas por los amantes de este deporte.

De ahí se pasa al tranquilo Valle de Tlaxcalita, último lugar al que se puede acceder por auto, mismo en el que normalmente la gente que visita este lugar monta su campamento y alista el equipo antes de partir a la aventura, por lo que en la noche es normal ver varias fogatas prendidas.