El extraño fenómeno del “drag” en triatletas

¿Has sido víctima de sus efectos?

 

 

Cuando un objeto a un velocidad determinada impacta contra el viento, genera el fenómeno físico llamado drag. Esto es, el viento que impacta contra el objeto, en este caso tu bici, genera una turbulencia detrás del objeto; dicha turbulencia queda unida a la zona de impacto como si se tratara de una cadena viscosa y esta retiene al objeto: “más fuerte cuanto más fuerte es el impacto del objeto contra el aire”.

 

Aunque no lo sepas, seguro has sido parte de este fenómeno también conocido como arrastre, ya sea por fricción o por presión. Te explicamos:

 

Por fricción

 

Se produce cuando el aire pasa sobre el objeto y se crea una gran diferencia de presión entre el aire de la parte de impacto, la frontal, con la baja, que queda por detrás del objeto.

 

¿Cómo optimizarlo? La mejor manera de reducir este tipo de drag es dar un recorrido y una salida más linear, menos turbulenta, al aire que recorre el objeto.

Para que ubiquemos físicamente el campo de trabajo para reducir el drag por fricción, en lo que a ruedas se refiere, le corresponde a todo el lateral y partes finales tanto del cuerpo como de la bici a la rueda trasera.

Una llanta delantera de perfil grande de 80 mm y una lenticular en la rueda trasera, se plantean como la opción más aerodinámica en este sentido, estabilizan progresivamente el viento a medida que éste discurre sobre la bici.

 

Por presión

 

La primera zona de contacto con el viento resulta crítica en la aerodinámica ya que la presión que se alcanza en este punto afecta directamente al resultado del drag por fricción. Se supone que no siempre una llanta de gran perfil es la opción más aerodinámica, si llevamos un neumático excesivamente voluminoso en relación al ancho de la llanta.

 

¿Cómo optimizarlo? Las ruedas tenían el gran inconveniente del escalón que tradicionalmente ha supuesto la unión de una llanta con el neumático. En la actualidad, las marcas además de diseñar llantas de una calidad inimaginable, han conseguido que el neumático se integre dentro de “sombra aerodinámica” de la llanta reduciendo el drag por presión de forma exponencial, haciendo que ahora las llantas aerodinámicas realmente sí que están trabajando al 100% de sus posibilidades acoplando el viento de forma estable a su perfil.