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La parte psicológica es muy importante para un deportista y es indispensable saber utilizarla.

 

Para confiar, quiérete, mejora tu autoestima y por consiguiente tu autoconfianza mejorará. La autoestima es la disposición a considerarse competente para enfrentarse a los desafíos básicos de la vida y ser merecedor de felicidad. Estamos en el mundo del triatlón para que este nos aporte bienestar y felicidad, para que nos ayude a darnos cuenta de que somos capaces de conseguir grandes retos. El único sufrimiento que deberíamos padecer es el propio de la exigencia física, ese sufrimiento que acaba proporcionándote satisfacción e incluso placer (las famosas -endorfinas) pero no para sufrir mentalmente en cada carrera o en cada entreno con los compañeros. La confianza en uno mismo viene normalmente generada por el balance de éxitos y fracasos anteriores y también por los mensajes negativos de las personas que nos rodean.

Cuando hagas balance de tus puntos débiles y de tus puntos fuertes, comprueba que los primeros sean reales y no sean consecuencia sólo de haberlos oído tantas veces hasta que al final… has acabado creyéndotelos. Los entrenadores que tuvimos en nuestras primeras épocas de deportistas provocan un efecto increíble en la construcción de nuestra “personalidad deportiva”, tanto el que te reforzó  positivamente como, especialmente, el que lo hizo negativamente.