¿Cómo andar en bici sin dolor?

Si eres triatleta o no, sabes que “el colmo de los colmos” es comprar una bicicleta carísima, y que el asiento te lastime… ¡Nada de incomodidades!

Sí, se aprecia que tenga cierta incomodidad, porque eso es parte del deporte, pero tampoco debes andar sufriendo todo el tiempo.

El asiento debe ser una de las partes más importantes de tu bicicleta y que cumpla con todas tus necesidades y requerimientos, sino cada vez que te subas a ella será un martirio. Pero la solución es sencilla, solo debes seguir estos pasos:

Paso 1: ancho

El primer paso para encontrar tu asiento ideal (para no sufrir) es conocer el ancho de la superficie de apoyo.

¿Y cómo saber ese dato? Necesitas medirte, ya que es el apoyo de los isquiones de la cadera con la superficie del asiento… ¿ya lo tienes?

Las medidas más comunes son: 135, 143 y 155 mm.

Paso 2: flexibilidad

La elección del asiento adecuado también va en función de la flexibilidad lumbar del atleta sobre la bicicleta.

El nivel de inclinación varía la rotación de la cadera y del apoyo de los isquiones, por lo que cuanto más erguido se pedalee, más penetrante es el apoyo de estos huesos sobre la superficie del asiento.

Esto implica que, además de elegir un ancho acorde a nuestras medidas, debes  buscar un asiento lo suficientemente acolchonado para disminuir esa presión, sin olvidar que debe tener bastante curvatura, en forma de cuna.

Además del ancho y tu nivel de flexibilidad, tu peso es otro factor determinante al elegir el asiento perfecto. Debes buscar una versión con el nivel de acolchonado adecuado a tu peso.