¿Ataco o me espero?

Elige la mejor táctica para definir tus competencias.

 

El final de una competencia siempre nos depara alguna sorpresa. En ocasiones son momentos relajados, en los que se puede disfrutar de los últimos metros, de los saludos a la familia y de la animación del público. Pero otras muchas veces pueden ser situaciones estresantes, en las que te juegas con otro triatleta una posición de honor por la que tanto has luchado. En esos momentos, además de la forma física, importa la táctica que utilices, esa que te puede llevar a lo más alto.

Existen dos tácticas a utilizar en estas situaciones. Ambas pueden resultar ganadoras, todo depende de la situación de la carrera, del circuito y de tu condición como atleta. Por ese motivo nosotros solo podemos darte ideas, pero el que tiene que elegir la decisión definitiva eres tú. Y para eso tendrás que pensar fríamente y evaluar las variables que pueden aparecer en el final de la prueba.

ATAQUE LARGO

Es una opción ideal para aquellos corredores más conservadores, que no destacan por la explosividad final. Se trata de un ataque progresivo, que no se caracteriza por un cambio de ritmo brusco, sino que el ritmo va aumentando poco a poco, hasta llegar a los 800 metros finales, donde alcanzaremos nuestro ritmo máximo y lo intentaremos mantener hasta la meta. Cuando ejecutes este ataque no desesperes si tu rival sigue pegado a ti, ya que poco a poco irás mermando sus fuerzas hasta que acabe descolgándose.

SPRINT FINAL 

Si eres un corredor explosivo, al que las series de 200 metros le encantan, deberás utilizar esta táctica. Deberás dejar en todo momento la responsabilidad a tu rival, colocándote detrás suyo, sin darle ningún relevo. Cuando la carrera esté tocando a su fin y observes que restan unos 125 metros para meta, lanza tu ataque. En función de tus fuerzas podrás atacar antes o después, pero nunca más tarde de los últimos 50 metros, ya que puede ser demasiado tarde.