5 habilidades ciclistas que debes de tener.

Pueden ser tu salvación.

 Cuando entrenamos ciclismo, a diferencia de cuando nadamos y cuando corremos, parte de nuestro rendimiento depende de la bicicleta, una máquina que puede fallar. Las habilidades que tengamos para evitar que falle o, en su defecto, para repararla, pueden ser nuestra salvación, ya sea en un entrenamiento largo, lejos de casa, o durante una competencia.

Te presentamos 5 habilidades que debes de practicar  

Cambiar cámara.

El rey de todos los problemas ciclistas. Si has practicado ciclismo, se te ha ponchado una llanta. Dependiendo del sistema que uses, la reparación será distinta. Para el sistema convencional de cubierta y cámara, lo primero a realizar es quitar la llanta, retirar la cámara e inflarla sin moverla de la posición original con respecto a la rueda (esto para ubicar el punto en el cual sale el aire). Se revisa la zona en la que salió el aire, y se extraen los posibles cuerpos extraños que hayan causado la pinchadura. Se monta un lado de la cubierta (la llanta) y se coloca una nueva cámara, o se parcha la ponchada en caso de que el tiempo no apremie. Se vuelve a montar el lado faltante de la llanta, y se infla poco a poco. Si se utiliza CO2, se infla poco a poco, para evitar que la cámara se deforme. 

Cambiar cadena.

Otra habilidad básica. Es posible que nunca rompas tu cadena, pero, si llega a pasar, es importante que sepas hacerlo. Cuando la cadena se rompe, y es la primera vez, repararla es relativamente sencillo. Al romperse, quedarán eslabones externos, ya inservibles, y un eslabón interno, El interno lo dejamos en paz por el momento.

Necesitarás un cortacadenas. Para repararla, se retira parcialmente uno de los pernos, hasta el punto en que uno de los extremos permite al eslabón interno salir. Cuando de un lado de la cadena tenemos los eslabones externos, y del otro uno interno, en buenas condiciones, procedemos a unir con cuidado los dos. Este paso puede requerir de un pequeño alambre que viene con los cortacadenas, y que une los dos extremos de la cadena mientras la reparas. Al apretar, ten cuidado de no pasarte con los pernos.

Ajustar cambios.

Se trata de una habilidad que te puede salvar, incluso, sobre la marcha. Algunos cables llevan ajustadores de cambio, los cuales puedes girar hasta encontrar el punto perfecto. Siendo que existen distintos sistemas de cambio, te recomendamos leer el manual de cada sistema antes de meter mano en ellos. Un mal ajuste puede llevarte a problemas como romper el desviador, o en el mejor de los casos, solamente no tener cambios disponibles durante tu recorrido.

Brincar baches.

Esta habilidad te ayudará a evitar tener que poner en práctica la primera que te mencionamos. Un poco más difícil de explicar que las anteriores, pero igual de indispensable. Para realizarlo, mantén el cuerpo en una posición media, con el peso distribuido adelante y atrás por igual y, agarrando firmemente el manubrio, brinca, imprimiendo fuerza desde los tobillos hasta las piernas. Practícalo primero en superficies suaves, para que, ya en la marcha, te sea más fácil realizarlo.

Usar el CO2.

Utilizar tanques de CO2 no siempre es tan fácil. Si eres habitual de ellos, te aseguramos que, al menos una vez, se te ha salido el aire. Lo mejor para no aprender por la mala, es apretar bien el tanque cuando ya está colocado en la válvula (cuando no tiene regulador), y utilizar guantes al hacerlo, ya que el frío que desprende el tanque puede ser la causa de que lo sueltes y pierdas una parte o todo el contenido. Cuando tienen regulador